Índice internacional de eficiencia en salud ubicó a Chile en el octavo puesto
La alta esperanza de vida para la población, que actualmente promedia los 81,5 años, fue el factor determinante para que la agencia norteamericana de análisis económicos Bloomberg incluyera a Chile entre los 10 países que demuestran mayor eficiencia en el sector salud.
De acuerdo al ranking, Chile se ubica en octavo lugar entre 55 países, con un puntaje de 65,2, siendo la única nación latinoamericana entre los 10 primeros, y ubicándose por sobre potencias como Australia, Suiza, Canadá, Noruega y Estados Unidos.
La publicación destaca, además, el avance que Chile ha tenido en los últimos siete años, subiendo desde el lugar número 15 en que se ubicó en la medición de 2009.
Los resultados fueron bien recibidos en el Ministerio de Salud. Según la subsecretaria de Redes Asistenciales, Gisela Alarcón, “lo que vemos es la evidencia de que la intervención de los determinantes sociales de la salud, como los avances en educación o vivienda, o el abordaje de la desigualdad, impactan no solamente en una mayor expectativa de vida, sino en buenos indicadores de salud”.
Asimismo, reconoció que si bien el gasto público en el sector se ha ido incrementado, “aún es insuficiente. El gasto de bolsillo sigue estando muy alto según la evidencia de los países de la Ocde. Por eso estamos trabajando en esa línea, aumentando el per cápita, para que cada vez más centros de atención primaria den una mejor atención a los usuarios, que es donde se mejoran los indicadores”.
El Indice de Eficiencia en Salud es elaborado desde 2012 por Bloomberg y analiza las variables de esperanza de vida de la población de cada país, el gasto en materia sanitaria en relación al PIB (Producto Interno Bruto) y el per cápita en salud, otorgando una ponderación del 60%, 30% y 10%, respectivamente, a cada indicador. Para el análisis, los datos fueron recopilados desde diferentes organismos, como el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Monetario Internacional.
Todos los países incorporados en el índice tienen una población superior a los cinco millones; un PIB per cápita de al menos US$ 5.000 y una esperanza de vida superior a los 70 años.
Otros indicadores
Para distintos expertos, alcanzar la octava posición en el Indice de Eficiencia en Salud es una señal “optimista”. No obstante, afirman que hay otras variables importantes para el análisis, que no fueron recogidas.
“El ranking dice que Chile, no el sector salud, está muy bien evaluado en el conjunto de políticas públicas que impactan sobre la esperanza de vida de la población. Según un informe del Banco Mundial, el 75% de esa variable se explica por la esperanza de vida al nacer, el nivel de educación, saneamiento ambiental, agua, alcantarillado y calidad de vida, entre otros. Sólo el 25% restante se explica por el sector salud”, afirma Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello.
El especialista agrega que “el gasto hay que compararlo con otras variables, que dicen cómo están funcionando los indicadores de salud de la población. Entre ellas, las enfermedades crónicas prevenibles, como la hipertensión, diabetes, obesidad o qué está pasando con el cáncer”.
El ex ministro de la cartera Jaime Mañalich opina que “este es un indicador del cual sentirse orgullo”. Sin embargo, advierte que se debe “tener cuidado, porque este no da cuenta verdaderamente de la satisfacción de la gente tras la atención en salud”.
Mañalich afirma que el gasto del sector debe enfocarse en atención primaria, para “tener un mejor control de las enfermedades crónicas y prevenir sus complicaciones, porque la carga de estas enfermedades hará que la expectativa de vida tienda a frenarse, y la atención primaria hoy no está siendo capaz de asumir la demanda”.
El economista Rodrigo Castro advierte que los promedios reflejados en el ranking no dan cuenta de las “amplias brechas que existen entre los niveles socioeconómicos. Una parte de la población accede a una salud con estándares de países europeos, y otra, mayoritaria, no lo hace y tiene resultados insatisfactorios, como mayor mortalidad infantil, menor esperanza de vida y de peor calidad en los últimos años, debido a las enfermedades crónicas que padecen”. Además, opina que “es posible mejorar los resultados sanitarios, aumentando en un 44% la eficiencia con el mismo gasto en el sector”.
La Tercera, 6/10/2016